31/7/07

Arquitecturas del Ocio y el Desenfado

Arquitecturas para el Ocio y el Desenfado
Aproximaciones modernas de la primera mitad del siglo XX

Macarena Cortés


La playa urbana es un espacio en el que la búsqueda de la soledad sería quimérica, y lo que hay es una celebración colectiva del cuerpo en relación al clima y al mar, La playa es uno de los lugares donde mejor se desarrolla la noción de la publico en la sociedad contemporánea, ligada a esa relación hedonista el are, e sol y el agua, y a la desnudez de les cuerpos, a la frágil dad de todos los individuos igualados por esa desnudez.

Entrevista a Ábalos & Herreros en www.abalos-herreros.com


La descripción que hacen Ábalos y Herreros de la playa, sintetiza al menos dos aspectos relevantes de su uso, que se han ido modificando a través de los siglos. El primero, es considerar la playa como espacio público, de manifestación social por excelencia. El segundo, es que esta experiencia está centrada en actos que relacionan intensamente el cuerpo y la naturaleza.
Esta reflexión, de cómo puede ser entendido el espacio público hoy, tiene que ver con las modificaciones en las conductas sociales a lo argo del siglo XX. Estas han requerido de respuestas arquitectónicas y urbanas que han experimentado tanto con las posibilidades espaciales y formales para acoger las actividades de ocio, como con la sensibilidad para construir en paisajes naturales.
Así, el presente texto pretende analizar ejemplos surgidos en la primera mitad del siglo XX, donde el propio desarrollo de la disciplina se sobrepone a los cambios en as aspiraciones y las prácticas sociales en torno a los períodos de descanso.
Por un lado, como explica Manuel Gausa, ‘‘la ausencia de modelos tipológicos de referencia para una experiencia ajena a la urbana favorece respuestas arquitectónicas espontáneas”. Esto quiere decir que los proyectos debieron resolver nuevos requerimientos pro- gramáticos anteriormente inexistentes, y esta coyuntura permitió que ellos experimentaran libremente sus soluciones.
Por otro lado, la ubicación en contextos naturales, como bordes costeros, riberas y parques, sumado a la valorización creciente de la relación entre naturaleza y salud del cuerpo humano, sugerirán una aproximación sensible de los proyectos al entorno en que se emplazan.


01.
DESDE LA CASETA DE BAÑO AL GRAN HOTEL, ANTECEDENTES DE LA ARQUITECTURA BALNEARIA

Existe en la actualidad un acuerdo en que el surgimiento de la industrialización con sus presiones en la jornada de trabajo, supusieron también, el surgimiento de las horas de descanso para las clases trabajadoras. Esto acompañado por la insalubridad de la ciudad y de sus habitantes, hacen presentes las teorías científicas sobre la legitimación terapéutica de las estadías en la costa, la importancia del deporte y en general, sobre la naturaleza como sanadora.

Por esta razón, si bien las clases acomodadas habían iniciado sus períodos de vacaciones desde principios de siglo XVIII, la masificación de ellos será posterior. Éstos solo se verán concretizados a partir de la disponibilidad de tiempo libre como derecho social, y a partir del acceso real a zonas vacacionales, a través de los nuevos medios de transportes, preferentemente el ferrocarril.

Será a lo largo del siglo XIX, en que se irá popularizando el uso de la playa, al mismo tiempo que se irá transformando en una industria de importantes aportes económicos.
Ahora bien, la arquitectura que caracterizará estos inicios, particularmente la realizada en la costa, tendrá un carácter novedoso en lo programático. Desde las casetas para el baño, que a través de sus ruedas permitían a los bañistas acercarse al mar, hasta los muelles que se adentraban hacia el horizonte conteniendo en ellos múltiples programas.

Por otro lado, estarán las estructuras más permanentes, concentradas en tres tipos de entidades; el Casino, el Sanatorio y el Gran Hotel. Todos ellos dedicados exclusivamente al descanso y a la entretención.
En términos arquitectónicos todos ellos, hasta entrado el siglo XX, si bien congregarán nuevas actividades, en términos estilísticos estarán diseñados de forma ecléctica y palaciega, que se verán casi repetidos de forma similar en distintas latitudes: ‘il regency e il victoriano determinavano le facciate e gli interni degli alberghi a Margate come Cape May, sulla Bretagna come sulla Costa Azzurra; el gotico, con o senza guglie e pinnacoli, si affacciava sui mari del Nord como sull’Oceano, sul Mar Nero come a Palm Beach” (1).

Este comentario nos permite reflexionar en torno a lo que realmente podría haber producido un cambio en la manera de concebir estos espacios. Ya que si bien los requerimientos programáticos ligados a los períodos de descanso habían estado planteados ya desde principios del siglo XIX, la arquitectura sólo afrontará el problema del diseño de esta área, desde una perspectiva nueva, a partir del siglo XX.
Podríamos decir entonces que la arquitectura debió esperar a que la intensificación del fenómeno de masas se consolidara. Al mismo tiempo que las prácticas balnearias se liberan y que las actividades deportivas modernas se establecieran como comunes. Finalmente, debió esperar a que la propia disciplina viera en este fenómeno un espacio adecuado para cumplir sus ideales de renovación.


02.

LA PLANIFICACIÓN DEL OCIO MODERNO: LA CIUTAT DE REPÓS I DE VACAN CES

Como se ha venido explicando las actividades de ocio han adquirido especial predominancia a partir del siglo XIX, y es en el siglo XX y específicamente a través de la labor realizada por los CIAM, cuando ellas se revelan como un material de trabajo en la ciudad moderna, al mismo tiempo que se plantean como una responsabilidad pública.

Tanto en la Carta de Atenas redactada para el 4° CIAM (1933) llamado “La Ciudad Funcional”, como en el 5° (1937) centrado en “Vivienda y Recreo”, situaban el problema del ocio de las masas, en un plano relevante para la planificación de la ciudad. Esta importancia estaría basada en una concepción de un hombre idealizado, donde su sanidad corporal, mental y moral estaría asociada al disfrute de su tiempo libre.
Posteriormente, en “Can our Cities Survive?” José Luis Sert reflexiona sobre la importancia de planificar y diseñar los espacios de recreación en vista de los problemas como la ocupación y especulación indiscriminada de áreas naturales, la carencia de espacios de recreación al interior de las ciudades y los problemas derivados del éxodo masivo de las ciudades.
Anterior a estas reflexiones, Sert en conjunto n el G.A.T.C.P.A.C (2), habían proyectado y difundido ampliamente, “la Ciutat de Repós i de Vacances” en el litoral barcelonés en 1931. Podríamos decir que éste será un ejemplo temprano y emblemático, para comprender la impronta moderna en la planificación territorio de zonas de descanso.
Primero, es importante recalcar algunos fundamentos del proyecto: “no se trata de crear una nueva playa de moda. La orientación general del proyecto: es profundamente democrático, encaminada sólo a satisfacer la necesidad social de las clases media y trabajadora, y en el se prescinde en absoluto de casinos y hotel de lujo” (3). De esta manera, dejaban claro el sentido social del proyecto, que se alejaba de las anteriores concepciones elitistas que poblaban las costas.
Por otro lado, establecían que es “un problema de nuestro tiempo que impone una solución nueva, divorciada de toda clase de tradiciones históricas y experiencias anacrónicas” (4). Así prevalecía una aproximación pretendidamente nueva, tanto en la definición formal como programática del proyecto.
El proyecto se ubicaba en la zona al poniente de Barcelona, en la playa de Castelldefels, que para entonces se encontraba deshabitada y desconectada de las vías principales de circulación. Así, como parte del Pla Maciá para Barcelona, se proponía prolongar la calle Les Corts, para asegurar la conectividad fluida con la zona.
Existen varias particularidades de la propuesta, lo primero es concebir grandes bloques de hoteles y sanatorios, como unidades mínimas en dimensión y arrendables a las masas de veraneantes. Por otro lado, los programas contemplados privilegiaban las actividades públicas a través de campos de deportes, cines al aire libre, parque de atracciones, un estadio y varias piscinas.
Finalmente, la propuesta en términos de paisaje, proponía la mantención de grandes áreas verdes de pinares existentes. Sólo se establecía un trazado regular de grandes manzanas de 800 metros, que permitían la conexión vehicular y liberaban el terreno donde se emplazaban los bloques programáticos.
De esta manera, a pesar de lo esquemático del proyecto (5), La Ciutat de Repós i de Vacances se constituye como una aproximación distinta a las soluciones arquitectónicas puntuales. La idea, por lo tanto, de entender la ciudad del ocio como una ciudad paralela, concebida desde cero, y con una función tan específica como la de dar espacio al ocio y entretención a las masas, es al menos radical. Esta voluntad, podríamos decir política, asociada a la proyectual de diseñar desde el gran plan hasta la caseta desmontable escala 1:1, permitió que el proyecto no solo fuera presentado en el CIAM IV, sino que también en numerosas sociedades, sindicatos y federaciones, configurándose como una Cooperativa Popular hacia 1934.


03.
ARQUITECTURAS PARA EL OCIO PÚBLICO

Paralelo a la propuesta presentada, existe una serie de obras construidas, que nos permiten analizar el surgimiento de nuevos programas, la revisión formal de ellos (ahora decididamente modernos) y el reconocimiento de las características contextuales de los lugares en que se ubicaron. Un ejemplo de estas características son las piscinas y los balnearios públicos.
El acondicionamiento de la playa pública de Bellerive en Lausana, Suiza, de Marc Piccard (1937), definía un área acotada de trabajo en la ribera del lago Ginebra, donde se creaba una playa artificial a partir de una obra de infraestructura que ganaba una porción de lago. A lo largo de ella, se emplazaba un edificio de apoyo a las actividades balnearias. Este edificio contemplaba los programas de servicios, y en su remate, una estructura cilíndrica contenía el restaurante y el acceso a la gran terraza sobre él. Así el edificio dotaba del programa necesario, pero también definía claramente a los límites del balneario, liberando una amplia zona verde que precedía el borde del lago.
Otro ejemplo es el balneario de Allenmoos en Zurich, también en Suiza, de Haefeli y Moser (1938). En un terreno bastante irregular, nuevamente la estrategia era definir el área abierta, a través de edificios ubicados periféricamente, liberando la zona donde se ubicaban las piscinas. Con un programa similar al caso anterior, con servicios, camarines y baños, restaurante, bar, contenía además una zona especial para visita de escuelas y juegos infantiles. Así, se definían los edificios de forma independiente según su programa.
Estos ejemplos nos muestran una clara voluntad de dotar de programas afines y cada vez más complejos a las actividades balnearias. Así parece interesante recalcar la idea de otorgar higiene a estas prácticas a través de la excesiva presencia de servicios, como la de generar alternativas programáticas que superan el simple baño.
Por otro lado, parece interesante cómo estas propuestas proponen definir claramente el área de intervención, para garantizar la existencia privilegiada de las áreas abiertas. Éstas, a su vez, se encuentran apoyadas por terrazas, solariums, miradores, recorridos y mobiliario exteriores. Finalmente, arquitecturas que trabajan con la idea de mediación entre interiores funcionales y paisajes exteriores trabajados sutilmente, donde los materiales con que se trabaja, son la sombra, el sol, el agua, la naturaleza y el aire libre.


04.

REFLEXIONES FINALES

Volviendo a algunas premisas iniciales, podemos concluir que en la primera mitad del siglo XX, lo que se produce es una paulatina aproximación al tema del ocio desde una impronta moderna. Esta aproximación posicionó la generación de estos espacios como una cuestión de carácter público, al mismo tiempo abordaron con sensibilidad y delicadeza la relación con el paisaje.

Hoy sabemos que ambas preocupaciones distan mucho de las que actualmente predominan en la arquitectura del ocio; principalmente basada en la especulación económica del turismo como industria. Así, parece urgente reflexionar en torno a la sostenibilidad y conservación de espacios naturales, como a la proyectación de espacios para el ocio de las clases más pobres.

CORTÉS, Macarena.
SPAM_arq vol.3. Santiago, 2006



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